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Este disco respira (aunque no esté totalmente ligado) el aroma religioso que las últimas obras del estonio tienen, con un aire soliviantado y pausado, con corales muy clásicas y gregorianas, e incluso con piezas orquestales muy cinematográficas.
Las muestras vocales están grabadas, como no podía ser de otra forma, por la formación inglesa The Hilliard Ensemble, de Paul Hillier, una magnífica unión con experiencia medieval que también, al igual que todos los grandes, han trabajado con otros músicos haciendo obras impecables (Jan Garbarek, etc.), y con la excelente interpretación de Gidon Kremer.
El disco viene precedido con una frase de Basho (prueba del espiritualismo de Pärt), y una dedicatoria al director Andreij Tarkovsky.
El primer tema, ARBOS (2:29), como antes se ha dicho, es una pequeña pieza orquestal, que respira el sonido de las aventuras cinematográficas históricas y que se contempla estupenda para un comienzo, aunque, eso sí, demasiado alejado del estilo al que acostumbra el compositor austriaco. El sonido intenta asemejarse a un árbol, y, para ello, se basa en las diferencias del tempo.
El segundo, AN DEN WASSERN ZU BABEL (6:34), ya es otra cosa. Empieza a salir aquí el Pärt habitual, con una pieza larga, sonidos corales tranquilos y sosegados, y las voces del Hilliard haciendo coro con un son gregoriano muy estilizado y preciso (de hecho, es el Salmo nº 137 de la Biblia). Una buena pieza, que choca mucho con la primera, pero que permite seguir la audición sin perder interés.
El tercer tema es PARI INTERVALLO (5:47), necesariamente instrumental. Un sonido amplio, en un tema memorial, que se basa en otro pasaje bíblico, Romanos 14.8, para hacerlo.
El cuarto, DE PROFUNDIS (6:52), está basado en otro salmo, el número 130, y vuelve de nuevo a la voz coral, pero, paradójicamente, muchos menos religiosa, más gutural (en el comienzo de la pieza) para pasar después a ser más relajada, y acabar subiendo el tono, acompañada del órgano y sonidos respetables y serios. Es un tema muy auténtico, pero que no parece de Pärt a su primera escucha, y que recuerda más al sonido medieval.
Quinto tema: ES SANG VOR IANGEN JAHREN (6:52), un motete que sonoriza un poema de Clemens Brentano y que el músico y profesor Diether de la Motte (dedicado a éste) encargó a 10 compositores. Esta vez escapa de la religiosidad para dejar paso a la potente voz femenina operística que acompaña este texto, sumamente envuelto en suaves y a la vez ásperos sonidos de cuerda, que hacen una pieza muy original y en absoluto pesada.
SUMMA (5:19), es el sexto tema, el más religioso de todo el álbum, muy misal, ceremonioso, quedo, y que toma como base el texto del polémico Credo (de ahí la explicación de lo antes dicho).
ARBOS (2:29) vuelve a repetirse en el séptimo punto de esta excelente audición. Viene a ser como un descanso, una separación entre todo lo anterior y la que será la última pieza, STABAT MATER (23:54), una larga duración que es por sí sola toda un pasaje, con la coral acompañando, y con todo el instrumental puesto en bandeja para que aquí suene esta gran muestra de la perfección pärtiana y del gusto que hoy en día tiene la buena música.
Para terminar, ha de nombrarse que todos los temas del disco (además de todo él, y excepto la última) llevan dedicatoria.
Un buen ejemplo, sin duda, que nos demuestra que todavía quedan buenos artistas de la época contemporánea (de los que viven) y que nos lleva a descubrir por que Pärt es hoy en día considerado un genio increíble.
Las muestras vocales están grabadas, como no podía ser de otra forma, por la formación inglesa The Hilliard Ensemble, de Paul Hillier, una magnífica unión con experiencia medieval que también, al igual que todos los grandes, han trabajado con otros músicos haciendo obras impecables (Jan Garbarek, etc.), y con la excelente interpretación de Gidon Kremer.
El disco viene precedido con una frase de Basho (prueba del espiritualismo de Pärt), y una dedicatoria al director Andreij Tarkovsky.
El primer tema, ARBOS (2:29), como antes se ha dicho, es una pequeña pieza orquestal, que respira el sonido de las aventuras cinematográficas históricas y que se contempla estupenda para un comienzo, aunque, eso sí, demasiado alejado del estilo al que acostumbra el compositor austriaco. El sonido intenta asemejarse a un árbol, y, para ello, se basa en las diferencias del tempo.
El segundo, AN DEN WASSERN ZU BABEL (6:34), ya es otra cosa. Empieza a salir aquí el Pärt habitual, con una pieza larga, sonidos corales tranquilos y sosegados, y las voces del Hilliard haciendo coro con un son gregoriano muy estilizado y preciso (de hecho, es el Salmo nº 137 de la Biblia). Una buena pieza, que choca mucho con la primera, pero que permite seguir la audición sin perder interés.
El tercer tema es PARI INTERVALLO (5:47), necesariamente instrumental. Un sonido amplio, en un tema memorial, que se basa en otro pasaje bíblico, Romanos 14.8, para hacerlo.
El cuarto, DE PROFUNDIS (6:52), está basado en otro salmo, el número 130, y vuelve de nuevo a la voz coral, pero, paradójicamente, muchos menos religiosa, más gutural (en el comienzo de la pieza) para pasar después a ser más relajada, y acabar subiendo el tono, acompañada del órgano y sonidos respetables y serios. Es un tema muy auténtico, pero que no parece de Pärt a su primera escucha, y que recuerda más al sonido medieval.
Quinto tema: ES SANG VOR IANGEN JAHREN (6:52), un motete que sonoriza un poema de Clemens Brentano y que el músico y profesor Diether de la Motte (dedicado a éste) encargó a 10 compositores. Esta vez escapa de la religiosidad para dejar paso a la potente voz femenina operística que acompaña este texto, sumamente envuelto en suaves y a la vez ásperos sonidos de cuerda, que hacen una pieza muy original y en absoluto pesada.
SUMMA (5:19), es el sexto tema, el más religioso de todo el álbum, muy misal, ceremonioso, quedo, y que toma como base el texto del polémico Credo (de ahí la explicación de lo antes dicho).
ARBOS (2:29) vuelve a repetirse en el séptimo punto de esta excelente audición. Viene a ser como un descanso, una separación entre todo lo anterior y la que será la última pieza, STABAT MATER (23:54), una larga duración que es por sí sola toda un pasaje, con la coral acompañando, y con todo el instrumental puesto en bandeja para que aquí suene esta gran muestra de la perfección pärtiana y del gusto que hoy en día tiene la buena música.
Para terminar, ha de nombrarse que todos los temas del disco (además de todo él, y excepto la última) llevan dedicatoria.
Un buen ejemplo, sin duda, que nos demuestra que todavía quedan buenos artistas de la época contemporánea (de los que viven) y que nos lleva a descubrir por que Pärt es hoy en día considerado un genio increíble.
Reseña extraida de: http://www.filomusica.com/filo28/grana.html
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